Transplante de memoria
Se puede hacer la operación inversa con la idea o la teoría de que a esos restos de un ser humano fallecido se puede incorporar información o datos; se puede cargar esos restos humanos con un ADN-Pensideanes, con un gen, con la información que contenga un ser humano vivo y producir que ese ser inerte convertido prácticamente en polvo pueda retomar actividad mental, reactive sus procesos de memoria pues ésta ya tiene una secuencia lógica, por lo que la generación de ideas sería de por sí genial. De lo que estamos hablando es de reactivar sus procesos de pensamiento e ideación.
Estos restos humanos, al estar alimentados por información y por conexiones que estimulan las interacciones entre sus partículas, puede producir ideas, información, puede producir datos que repitan lo que esa persona realizó cuando se encontró en vida, es decir que prácticamente podemos revivir la memoria, sentimientos e ideas de un ser ya fallecido, podemos recuperar su memoria y a esa memoria podemos inyectarle otros datos e interactuar con esa persona y crear nuevas ideas.
Otra manera de aprovechar esa interacción es la de inyectar ideas en esos restos de ADN y ver cómo fue la manera de procesamiento de datos de esa persona, de esta forma se puede saber en dónde o cómo se produjo una idea o pensamiento genial y la manera de interpretar, elaborar o repetir esos datos.
Podemos llamar a ésto un encuentro con los seres que se fueron, un encuentro amistoso para saber su historia, un encuentro para que ellos nos cuenten su verdad, un encuentro para saber qué fue lo que sucedió hace cientos o miles de años y también para que nosotros le informemos lo que está pasando cientos o miles de años después. Así podremos llegar a descifrar el origen de nuestra historia.
El diálogo o la interacción entre vivos y muertos ya empieza.
Pese a que materialmente las personas ya no están en la tierra, han dejado restos materiales de su ADN, dentro del cual hay como una copia de su memoria, lógica y pensamiento, en los llamados pensideanes.
Existe el temor en las personas que manipulan este tipo de procesos que se podría despertar ideas de seres que han tenido un comportamiento negativo o nefasto para la humanidad, que han tenido malas acciones o que han tenido proyectos que han sido desastrosos para la humanidad o incluso desastrosos para ellos mismos o para otros de manera personal.
No se puede saber si la información que se obtenga corresponda a una persona positiva, progresista, buena, una persona que ayudará a intercambiar opiniones en el sentido positivo.
En la ciudad de Lima en el 2010 se produjo el primer intento de transplante de memoria de un padre a su hijo varón. Ambos eran médicos y el contenido científico y experiencias del padre pudieron ser rescatados por el hijo. Para ello el padre hizo ensayos en animales produciendo extractos de una zona cerebral en la que había detectado intensa actividad en el EEG, cada vez que el animal aprendía un nuevo juego o juego de reflejos. Realizada la extracción del producto, éste se purificó, esterilizó y preparó para ser inyectado en el líquido cefalorraquídeo a nivel medular, para que pueda ir a las zonas cerebrales y ser captado por los pensideanes afines del receptor. El mismo procedimiento se realizó en el post-mortem del padre y el hijo recibió ese concentrado de pensideanes. El receptor de la donación llegó a manifestar ideas afines al padre, pero de manera desordenada, incoherente, por lo cual este transplante no prosperó, ni repercutió mundialmente.