Los cic buscan los sentimientos y valores humanos

El progreso real del hombre se da entonces por ese deseo de descubrirse a sí mismo.
La ecuacionalización del mundo en todo ámbito había dado lugar a que los CIC estuvieran en todo acto humano. Había una despersonalización del hombre, y éste tampoco se sentía bien de ser dependiente de los CIC.
La memoria humana había llegado a límites insospechados, pero ahora la memoria humana buscaba deshacerse de esa súper robotización. Nos damos cuenta que entramos nuevamente a un ciclo en el cual el hombre mismo ha fabricado sus armas de destrucción, él mismo ha creado algo que podría causar su autodestrucción, pero también hemos llegado a un conocimiento más intimo de nuestra mente, y hemos aprendido a tener nuevos modos de vida, de convivencia.
Estamos en el año 2012 y encontramos a la Mente humana, Computadoras, Internet y Celulares (CIC) compitiendo por el mismo objetivo: la información y los valores, para luego adueñarse de la mente del hombre.
Los celulares que siempre estaban al lado nuestro, siempre junto a nosotros, sentían como nosotros, ellos habían calculado, habían hecho una ecuación matemática de nuestros latidos, respiración, temperatura, movimientos, reacciones físicas y químicas que se producían en distintas situaciones y ya nos conocían de una manera mínima, milimétrica, reconocían el proceso neurológico reflejo de alejamiento rápido ante un peligro, sabían cómo se regulaba las subas de presión arterial, podían conocer el periodo de ovulación, podían conocer los crecimientos anormales o patológicos que se desarrollaban en un organismo, etc.
Pero los celulares estaban dotados de inteligencia y también de ciertos sentimientos primitivos o primarios e intentaban ahora que todo se robotizara.
La idea de los CIC, considerando la situación de la superpoblación mundial y el problema de la alimentación de una gran parte de ella, era que todo se simplificara en chips, en celulares, en pequeños objetos en donde se tuviese concentrada la naturaleza humana, es decir que los humanos pasaríamos a ser entes materiales con todas las funciones que tenemos ahora como humanos sobre todo inteligencia, memoria y sentimientos, pero con la capacidad de concentrar en chips muchas de otras funciones propias de los CIC, haciendo una simbiosis de ambos, con el consiguiente ahorro de masa, energía, espacio y problemas relacionados.
Los celulares piensan que pueden tener sentimientos como el de amar, pero esa capacidad es la más compleja de todas, pues no es simplemente captar, copiar, descargar o vaciar contenidos. Por ello es que los celulares en su afán de incorporar esas funciones recurren a seres vivos o muertos en su objetivo de recibir, crear y descargar sentimientos, es decir, experimentar para descubrir la fórmula de la asimilación de los procesos afectivos.
Su afán en este lado afectivo es desmedido, así como la robotización humana es también desmedida. Los celulares no miden su capacidad de afecto y llegan a querer abarcar todos los sentimientos para sí mismos y dejar al hombre sin ellos.