El espíritu complejo del universo

El hombre es el universo como el sumun de energía al final de las ecuaciones entre la energía físico-material sumada a la de los valores.
Hallado este sumun de energía nos encontramos con que el hombre está en el mismo espacio y tiempo de manera real en el mismo instante. Todas las generaciones humanas están en este mismo universo interactuando con la sola diferencia de sus paralelividas, es decir que actúan separadas por ondas, velocidades, formas de energía diferencial que hacen que no estemos todos juntos realizando una misma acción en el mismo momento y espacio. Ya XY lo había encontrado y probado.
Esa energía súmica le da pues al hombre el rango de ser universal, omnipotente, infinito.
El universo es el acúmulo de esta energía súmica pues no tiene límites, no tiene tiempo. Está allí, estuvo allí. Y estará allí porque el hombre trascendental, al descubrir su naturaleza se retroalimenta con su código energético súmico que le permite evolucionar gracias a los cambios energéticos requeridos.
Este código energético universal súmico es una pieza más de algo grande y es parte del hombre y sin él no hay universo.
Al universo ya no se lo puede mirar como lo hacemos nosotros desde un punto de la tierra en donde apreciamos un horizonte de millones de estrellas. El universo somos nosotros, en equivalente microscópico, según nuestra posición en el universo; como parte del universo veremos al mismo como lo hacemos ahora: puntos brillantes en el que calculamos millones de años luz de espacios, dimensiones y distancias, aunque la distancia no existe en la realidad súmica.
Según nuestros amigos cercanos o hermanos terrestres que están en otra dimensión podemos ser energía luminosa, energía sonora o bien simplemente un concentrado de energía en donde no hay límites, no hay dimensiones.
El cambio de la energía súmica nos hace ver de diferentes maneras el universo, la naturaleza del mismo y la naturaleza nuestra.
Todo lo que tiene actividad energética, pensante y lógica tiene vida.
Todo el universo es vida, contenida en diferentes grados de energía, estados y formas con códigos de energía que a veces no nos permite saber cómo estamos ubicados en el mismo.
Podremos incluso, hasta sentir el temor de ver otras formas de energía que, sin embargo son parte de nuestra esencia de versatilidad de la energía. Eso es lo que sucede y explica los fenómenos paranormales, fantasmales para otros, pero comprensibles bajo este aspecto.
Mientras más profundizamos en nuestra esencia, más nos conoceremos y seremos más comprensivos de nuestro rol en el universo, en el que somos a la vez parte y el todo del mismo.